domingo, 20 de diciembre de 2009

Poemas de Haqabbalah II

Tú fuiste antorcha viva
prieta sombra
de un templo calcinado.
Asi te peinaron al rojo vivo
en la ciudad de Cesárea
entre burlas y suplicios
de claro arraigo romano.

Te ofrecieron de minuta
las letras sagradas
en un martirio brutal
cuando eras tú el doctor
el rabino que las digeria
dando cuerpo a la Mishna.

La hoguera te sedujo cebada con saña
Entre piel quemada
Con el desprecio inherente
por la Tanaj
Así, alimentaron la tortura
cuando tú mismo fuiste
la fuente sublime
el excelso consejero
un tanáj sin mácula
un candelabro entero.


¿Cuál fue tu locura?
¿ nombrar a un Mesías,
Hartar el oído romano
Con las proclamas de una lid sin mesura?
No fuiste David contra Goliat
Y al “Hijo de la Estrella” no le sedujo
la escalera de Jacob
Descendió a la ignominia
por tratarse de una mentira.

Tu fuiste la Antorcha viva
Que alumbró la quimera
de tu tiempo
Enquistado en un sueño
que hiciste tuyo
Por el amor tan sincero
que tuviste por el estudio
De un cuerpo espiritual,
cuya cabeza sesgada
Condujo su último aliento
a la rebelión
Antes quizás de nacer
¡Sabio Akiva!
que mantuviste
el fuego consagrado
Antorcha viva
Cabeza de todos los sabios.




Ismael.

6 comentarios:

  1. Para Ismael:

    Gracias por expresar de forma tan bella y real, lo que es la eternidad y explico, El Rabi Akiva, no murió, sus escritos, son sus pensamientos, y en ellos se puede encontrar y seguir con él hablando y discutiendo, eso es definitivamente entrar al paraiso, cuando dejas una huella, que nadie puede borrar.
    Shalom, isabelión-

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  2. Detrás de ti,
    lo santos son menos santos,
    Se desmembró tu cuerpo
    Desgajaron tu organismo
    Y al derramar tu sangre
    la diáspora siguió su curso .

    Como una súplica profética
    Surgió el “Shemá” de tu boca sangrienta
    El “ejad”, tu último suspiro
    Lo único
    Que aún suena nítido
    en cada uno de los miembros de Israel.

    Fieles a la queja formal
    A la demanda de un cuerpo
    Desmembrado
    El tiempo puso fin al lamento
    Y en su puesto
    Israel procura sentir su fuerza
    enarbolando la bandera,
    La Estrella que fue tu frente
    Antorcha viva
    Fuente sublime
    ¡Rabí Akiva!
    ¡Mira como relumbra
    La Luz de las Naciones!

    Ismael.

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  3. Luz de las Naciones
    todo aquel que desee ser mejor
    pues será luz
    brillará, quizás poco
    o quizás mucho
    quizás será un premio Nobel
    o un buen padre
    pero será Luz de las naciones.

    Shalom, isabelión.

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  4. T odos los días estudias
    O rnamentas tu espíritu
    V acías tu mente
    A l escribir un poema
    R ebuscando en tu interior

    Ismael.

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  5. De la península itálica
    Se entiende que fue la pisada romana
    La que dejó su huella indeleble
    En el cuello de tu estirpe.

    Siguió su curso la diáspora
    Con células de sangre inquieta
    Que nutrió a los sabios del mundo.

    Padre de las estrellas
    De doce constelaciones huérfanas.
    Cuando mataron al Sabio Akiva
    Se cubrió de cenizas
    La prendida Tierra de Israel


    Como ver un corazón pisoteado
    Y en cada gota que salpicaba
    en sus entrañas portaba un Arca
    Enrollada con respeto a la alianza
    Y la firmeza de la fe en el tefilin.


    ¿Cuánta sangre siguió su curso?
    Desparramada en un trágico suceso
    Que fuera despedir el Mar Muerto
    Y quedar sujeto el Pueblo deportado
    Anhelando el horizonte
    De la que fuera la mejor vista de David.

    ¿qué pecado cometiste Sabio Akiva?
    Que un ara levantada te ofrecieron
    Victima incombustible de la pira
    Que detuviste el odio en tus carnes
    Y en tu espíritu se contuvo
    el grito de Israel.

    Antorcha Viva del Holocausto
    Primogénito entregado
    Paradigma de la expiación
    ¡No hay que enfrentarse al demonio
    Cuando éste levanta cruces
    en señal de victoria!
    Sabio Akiva
    De mil fuentes escritas
    Elegiste nombre al Mesías
    Que no vino en tu ayuda.

    Ismael.

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  6. Fue un parto tremendo
    Dando nombre a la parturienta
    Que fue la Tierra Prometida
    La que despidió a sus hijos
    Para que enterraran
    al Sabio Akiva
    En el cielo del martirio

    Él fue el esposo
    de un tormento
    Testigo
    del alumbramiento
    Lo que fue abrir el fuego
    Para que el demonio
    se sintiese
    A gusto exterminando
    a los justos.

    Fue el parto del siglo
    La era
    del Fénix absoluto
    Cuando éste rompió su huevo
    Su contenido se esparció
    Por todo el mundo.

    Sabio Akiva
    Yema del Shemá
    Al morir por Amor al Eterno
    El estruendo de tu muerte
    Fue el nacimiento
    de un nuevo concepto
    La concepción,
    el alumbramiento
    El deseo de vivir
    siendo judíos
    Sin Templo,
    sin Tierra,
    sin Arca
    Sin nada más físico
    que el propio
    Sentido de ser descendientes
    De los que nacieron
    tras tu muerte.

    Sabio Akiva
    Antorcha de la sabiduría
    Aunque reconstruyesen el Templo
    Tu memoria supera
    los muros del lamento.

    Ismael.

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